sábado, 10 de octubre de 2009

Siempre lo supe

Por qué planchaba su ropa una vez que la tenía puesta...nunca lo supe.
Por qué se peinaba obsesivamente los pelos del pecho...nunca lo supe.
Por qué conservaba su apéndice a modo de señalador dentro de una Biblia...nunca lo supe.
Por qué seguía usando jeans nevados aún veintidós años después de los `80...nunca lo supe.
Por qué se comía las uñas de los pies...nunca lo supe.
Por qué confeccionó su propio ukelele...nunca lo supe.
Por qué fumaba los cigarrillos encendiéndolos por el filtro...nunca lo supe.
Por qué se empeñaba en corroborar la veracidad de los carteles que rezan: “baño exclusivo para clientes”...nunca lo supe.

Ahora bien, que era algo excéntrico...siempre lo supe.


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